La apatía por los asuntos políticos es una expresión de estupidez. No, no te estoy diciendo estúpido, te estoy diciendo que estás teniendo una actitud estúpida ante una situación crucial.
Imagina un escenario político similar al de Venezuela o la convulsión que tuvo Argentina hace algunos años. En esos escenarios, tu carrera, tus dos maestrías, los tres idiomas que sabes, tus importantes certificaciones y tus 20 años de experiencia en tu quehacer posiblemente sean insuficientes para tan siquiera mantener un empleo, ni hablar de lograr la subsistencia de tu pequeña práctica profesional o tu pequeño negocio, mucho menos conseguir el dinero para realizar los pagos de tu vivienda, de tu vehículo, o para ayudar a tus hijos con los gastos de la universidad, y ni hablar del colegio caro que pagas.
La mayoría de las personas no hacemos un ejercicio consciente de identificar los aspectos críticos que determinan nuestros resultados. Actuamos de manera irreflexiva, vamos siguiendo la receta de alguien más, o aún de manera más irreflexiva, instintiva, siguiendo al resto de la tribu.
Ese es el caso de la apatía política. Estamos dejando las decisiones críticas sobre nuestra sociedad, el diseño y organización de los aspectos políticos y administrativos de nuestra sociedad, a quien le interese, y en nuestro contexto donde el sistema de justicia es altamente deficiente, a quien “le interesa” no es usualmente a las personas que tienen un real interés por producir valor público, sino a quien ve una enorme oportunidad para servirse a si mismo en la conjunción del manejo de esos asuntos públicos y sus presupuestos y la deficiencia del sistema de justicia.
Tú que no eres un estúpido pero que con tu apatía estás actuando como uno, eres una de las principales causas de porqué tenemos los problemas que tenemos. A eso me refiero cuando te digo que “necesitamos de tu arte”. Necesitamos de tu atención y tu trabajo porque nadie va a arreglar esta sociedad por ti. Seguir esperando que ocurra diferente mientras hacemos lo mismo es lo que me va a convencer de que en realidad, a pesar de que no lo parezcas y yo no quiera aceptarlo, sí eres estúpido.
Mientras sigues esperando, la vocación de servicio de las personas que venden vicios es la que está ocupando los principales instancias de toma de decisión de la sociedad. Estamos hablando de personas que acumulan importantes riquezas pero no producen ningún valor. Nada. De repente son ellos la profesión más representada en los cargos públicos electivos.
No, el problema no son los politicos. El problema es tu apatía, y el absurdo convencimiento de que podemos avanzar colectivamente mientras todos tratan de ganar su pequeño juego particular sin involucrarse en lo que desde más arriba determina hasta dónde llegamos y cómo.
por:
Alejandro Morel,
Ingeniero
Imagina un escenario político similar al de Venezuela o la convulsión que tuvo Argentina hace algunos años. En esos escenarios, tu carrera, tus dos maestrías, los tres idiomas que sabes, tus importantes certificaciones y tus 20 años de experiencia en tu quehacer posiblemente sean insuficientes para tan siquiera mantener un empleo, ni hablar de lograr la subsistencia de tu pequeña práctica profesional o tu pequeño negocio, mucho menos conseguir el dinero para realizar los pagos de tu vivienda, de tu vehículo, o para ayudar a tus hijos con los gastos de la universidad, y ni hablar del colegio caro que pagas.
La mayoría de las personas no hacemos un ejercicio consciente de identificar los aspectos críticos que determinan nuestros resultados. Actuamos de manera irreflexiva, vamos siguiendo la receta de alguien más, o aún de manera más irreflexiva, instintiva, siguiendo al resto de la tribu.
Ese es el caso de la apatía política. Estamos dejando las decisiones críticas sobre nuestra sociedad, el diseño y organización de los aspectos políticos y administrativos de nuestra sociedad, a quien le interese, y en nuestro contexto donde el sistema de justicia es altamente deficiente, a quien “le interesa” no es usualmente a las personas que tienen un real interés por producir valor público, sino a quien ve una enorme oportunidad para servirse a si mismo en la conjunción del manejo de esos asuntos públicos y sus presupuestos y la deficiencia del sistema de justicia.
Tú que no eres un estúpido pero que con tu apatía estás actuando como uno, eres una de las principales causas de porqué tenemos los problemas que tenemos. A eso me refiero cuando te digo que “necesitamos de tu arte”. Necesitamos de tu atención y tu trabajo porque nadie va a arreglar esta sociedad por ti. Seguir esperando que ocurra diferente mientras hacemos lo mismo es lo que me va a convencer de que en realidad, a pesar de que no lo parezcas y yo no quiera aceptarlo, sí eres estúpido.
Mientras sigues esperando, la vocación de servicio de las personas que venden vicios es la que está ocupando los principales instancias de toma de decisión de la sociedad. Estamos hablando de personas que acumulan importantes riquezas pero no producen ningún valor. Nada. De repente son ellos la profesión más representada en los cargos públicos electivos.
No, el problema no son los politicos. El problema es tu apatía, y el absurdo convencimiento de que podemos avanzar colectivamente mientras todos tratan de ganar su pequeño juego particular sin involucrarse en lo que desde más arriba determina hasta dónde llegamos y cómo.
por:
Alejandro Morel,
Ingeniero
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